2 de maio de 2010

El arte de Vivir el Flamenco con Rocío Molina


«Yo me muevo como mi cuerpo siente», afirma la artista, incluida en la lista de las mejores bailarinas del mundo según 'The New York Times' La malagueña lleva su danza transgresora a medio mundo, con el aplauso de crítica y público
Su danza flamenca se mueve libremente, sin ataduras de estilo ni límites físicos. «Es como mi cuerpo siente».
Por eso, según el momento y la ocasión, lo mismo baila una cantiña o una soleá siguiendo los más estrictos cánones del arte jondo, que contorsiona el cuerpo, lo dobla y lo estira para evocar el vuelo de los pájaros. 


















Con ese sello personal, la bailaora malagueña Rocío Molina ha pisado los escenarios de medio mundo. Sólo en lo que va de año, en cuatro meses, ha zapateado en Nimes, Nueva York, Washington, Boston, Miami, Londres, Libourne, Amman, Damasco, Beirut... 
Y tiene 26 años.  A Rocío Molina le sigue adonde va el aplauso del público y de la crítica internacional. 'The New York Times' la incluyó el año pasado en la lista de las mejores bailarinas del mundo; y Mikhail Baryshnikov -una leyenda viva de la historia de la danza- se arrodilló ante ella tras su actuación en el City Center neoyorquino este mes de febrero. «Es el mayor regalo que me han hecho en mi carrera. 
Vino a mi camerino y me dijo que era lo más bonito que había visto. Intenté levantarle porque ya me iba a tirar al suelo yo también. 

Si él se arrodilla, yo tendría que besarle los pies», sentencia la artista malagueña. 
Un momento inolvidable que comparte sitio en su memoria con el día que entregó emocionada un premio a Paco de Lucía en la plaza de toros de La Malagueta. 

Jan Kubelik plays "Zephyr" by Hubay